miércoles, 6 de mayo de 2015
CAPITULO 69
El tiempo había pasado, y ellos cada vez estaban mejor. Sus días de sanción habían pasado, y se había vuelto a reincorporar a la empresa. Por suerte no había tenido problemas ni con Gabriel ni con ninguno de sus compañeros.
Aparentemente todos conocían a Marcos, y sabían que en el
fondo había sido su culpa.
Las amigas de Paula se habían ido de viaje a Córdoba a visitar a Gabriela, y aunque ella también quería ir, se acercaba la fecha de la campaña,y no podía ni moverse.
También por eso su agenda estaba llena de eventos importantes a los que asistir.
El mismo, la había acompañado a un par. Todos se sorprendieron al verla con alguien. Le confesó que no solía llevar a Juan, y que para ella también iba a ser rarísimo.
Aun así, lo sostuvo de la mano y cada vez que podía, le decía algo al oído o lo besaba.
Estaba conociendo a una Paula que le encantaba.
Una que no tenía problema en hacer saber a todo el mundo que estaba con él.
Como por ejemplo esa mañana. Estaba haciendo tiempo en la máquina de café, esperando que Gabriel volviera para mostrarle unos avances que había hecho, cuando Silvina, la pelirroja de Recursos Humanos, se le acercó para charlar.
Ella estaba apoyada contra la pared y lo miraba mientras se rozaba el cuello de la camisa. Por dentro entendía perfecto esas señales, pero se haría el distraído. El le había caído bien en la entrevista, y era probable que se sintiera atraída, y aunque era bellísima, no tenía deseos de mirar a nadie
que no fuera Paula.
Justamente estaba pensando en ella, cuando apareció por el pasillo.
Se quedó mirándolos, y luego con decisión, se acercó a él y
tomándolo del rostro, lo besó de manera posesiva.
La chica, incómoda, se excusó y volvió a su escritorio.
El la miró entornando los ojos.
—¿Estás celosa? – preguntó sonriendo.
—Vos estás conmigo. – le recordó mordiéndole el labio. —Sos mío. – agregó.
—Solamente tuyo, bonita. – contestó sin poder contener la sonrisa.
Pegó su frente a la de ella y la abrazó más fuerte.
Ella sonrió más tranquila, y como si hubiera cumplido su misión, asintió conforme, y tras darle un rápido beso, volvió a su lugar.
El la siguió con la mirada hipnotizado.
De ella y de nadie más…
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